Tiempo de lectura aprox. 8.00 minutos   La creatividad no es algo que sea solamente el dominio de artistas ni de los ejecutivos de publicidad, (aunque se hayan adueñado de la palabra). Si estás en negocios y particularmente en marketing (especialmente como emprendedor), quiere decir que incorporas creatividad en tu día a día.   Y de la misma manera que cualquier otra práctica, la creatividad también se puede trabajar como si fuera un hábito.   Por ejemplo, la gente que escribe este blog de seguro tiene unas rutinas establecidas. Bien sea levantándose temprano, desconectando de distracciones, ajustando un ambiente propenso para crear, investigando y trazando sus metas diarias. Cada día enfrentan un problema nuevo y encuentran formas diferentes para resolverlo. En sí, eso ya es un proceso creativo.   Además lo hacen a diario con lo que se convierte en una disciplina.   Y adivinaste… esa disciplina con el tiempo se vuelve un hábito.   Si incorporas procesos creativos en tu rutina, programarás tu mente para que la creatividad se convierta en un hábito. Así como haces estiramientos antes de hacer ejercicio, necesitas trabajar tu mente de la misma manera.   Un emprendedor enfrenta situaciones a diario: como encontrar formas nuevas de cerrar una venta, como conseguir un cliente nuevo, como crear un mensaje de ventas sólido, como negociar efectivamente, como manejar clientes difíciles, o como crear una nueva solución o producto. Todos estos son procesos con los que se ejercita el músculo creativo.   Y si partimos de la base que la creatividad es un hábito, quiere decir también que se puede aprender.   Mucho se habla del talento nato, pero no creo que ninguno talento sea en realidad natural. Lo que hay es una fuerte disposición para desarrollarlo.   La mayoría de estos genios que hemos conocido a través de la historia, han logrado su éxito a punta de trabajo y disciplina.   Mozart no se levantó un día a la media tarde, se rascó el ombligo y en un momento de genialidad escribió una de sus sinfonías. La historia cuenta que Mozart fue uno de los músicos que más duro trabajó, sumando horas y horas de trabajo y puliendo sus habilidades y creatividad. Seguramente su entorno lo empujó más hacia la música, pero su talento no era natural, el mismo lo desarrolló. O por lo menos, el mismo lo describió así:   “La gente equivocadamente cree que mi arte me llega fácil. Le aseguro, amigo, nadie ha dedicado tanto tiempo y pensamiento a la composición como yo. No hay un solo autor famoso, cuya música no haya estudiado muchas veces de manera industriosa”   Lo que quiere decir que esta creatividad tiene que ver más con las 10,000 horas que describía Malcolm Gladwell en su libro Outliers, que con cualquier otra cosa.   La misma frase de Mozart nos lleva además al siguiente punto: esa creatividad se consigue a través de ejercicio, repetición y aprendiendo de los maestros.   Para un copywriter no es muy diferente. Los mejores han estudiado cuidadosamente el trabajo de los grandes como Claude Hopkins o Eugene Schwartz hasta el punto de poder recitarlo de memoria. Algunos re-escriben los mejores anuncios con el objetivo de dejar una impresión mental sobre la manera en que estos grandes escriben. De la misma manera como un guitarrista practica tocando versiones de las canciones de otros artistas con más recorrido.   Los escritores en general, ya sean bloggers, copywriters o autores, son por lo general muy estudiados y han leído bastante.   Su creatividad se alimenta de esos hábitos de lectura, estudio, investigación y apreciación por el uso de la palabra como herramienta.   La última objeción tiene que ver con la creencia de que al parecer todo ya existe y está inventado. Bueno hay que decirlo, aquí no hay ningún mito. Esta es una realidad que tenemos que enfrentar. Nada es realmente original, ni siquiera Shakespeare, mucho menos ninguno de nosotros.   Pero esta creatividad se trata de encontrar conexiones, de ver el mundo de manera diferente y sumarlo a nuestras propias habilidades y experiencias para encontrar una realidad que es única.   Y con esto podemos cerrar… por si no te convence, te dejamos con algunas frases célebres que ilustran estos puntos:  

“Una buena imitación es la más perfecta originalidad”. Voltaire

“El secreto de la creatividad es saber esconder tus fuentes”. Einstein

“La creatividad no es un talento místico. Es una destreza que se puede practicar y nutrir”. Qbit